viernes, 7 de abril de 2017

La música en la ciudad en enero de 1917

Teatro Principal

Compañía de ópera y opereta de Valencia dirigida por el actor don Miguel Miró y el maestro concertador don Francisco Graullera. El repertorio que anunciaban constaba de óperas como Payasos de Leoncavallo, Cavalleria rusticana de Mascagni, Maruxa de Vives, Las Golondrinas de Usandizaga o La Dolores de Bretón. Junto a operetas u obras de menor calibre como Marina de Arrieta, La Tempestad de Chapí, La Generala de Vives, Eva, El Conde de Luxemburgo o La viuda alegre de Lehar, La Princesa de los Dollars de Leo Fall, Los cadetes de la Reina de Luna, Si yo fuera Rey de López Manís, La bella Riseta, Sybill, Lisystrata, Gheisa o Barbarroja. También El asombro de Damasco de Luna, Serafín el pinturero, La España de pandereta y Las Musas Latinas de Penella o Diana la Cazadora y El nido del principal. Se distribuían estas obras en las funciones de vermús aristocráticos los días 11, 14, 16 y 18, en los cuales se representarían las óperas anunciadas en el repertorio de esta compañía; vermús sencillos los días 12, 13, 15, 17, 19 y 20 con obras en un solo acto; y además, funciones de noche y alguna matinée de moda con el debut de algún cantante en una ópera. Naturalmente, se producirían cambios en la programación como el debut de la tiple Josefina Guardia con Molinos de viento de Pablo Luna, La patria chica de Chapí o El viaje de la vida del maestro Penella. 

 El Brillante

Con "la notable y bella artista Teresita Pastor, que como siempre obtuvo, un gran éxito por su meritísimo y variado trabajo",  el cine 'El brillante' solía ofrecer espectáculos de variedades. Allí habría actuado en 1907 Antonia Mercé, "La bella Argentina". Curiosidades en la red:

http://www.papelesflamencos.com/2013/10/la-argentina-en-el-cine-el-brillante-de.html

La calle Gisbert, recién abierta, al fondo silueta en blanco del cine El brillante.


 Circo Teatro de La Unión

La cantante Úrsula López que "a petición de los morenos cantó el lindo cuplet de Martínez Abades "Los muñecos" que fue escuchado con religioso silencio y al final oyó una gran ovación." Junto a ella, la bailarina Yulú "bailó con mucha gracia y donaire las bellas creaciones de su repertorio."




Patronato 
 
Las representaciones teatrales en el Patronato del Sagrado Corazón de Jesús, levantado en 1900 por Víctor Beltrí en la calle Saura, eran una de las actividades culturales con las que se podía contar en Cartagena. Este colegio regentado por las Hijas de la Caridad, siempre ha contado con profesor de musica: don Fernando Vázquez, doña Matilde Palmer, don Antonio Lauret... Disponía de un pequeño teatro con escenario, piano y butacas para estas actividades. En este preciso momento, el profesor de música era don Enrique Cases, pianista cartagenero que formaba un popular dúo con el violinista Sixto Monteagudo en el Café Suizo en 1912-13. Además de acompañar al piano, montaba todo tipo de obras teatrales y pequeños números musicales.
La sección dramática del bienhechor establecimiento cuyo nombre encabeza estas líneas, celebró ayer una de sus amenas veladas teatrales.
Además de "El tío Gaviota", obra fielmente representada por los señores Martínez, Aroca, Blázquez y García, púsose en escena la linda zarzuela "La viejecita", en cuya interpretación Federico Morales y Antonio Navarro, principalmente, obtuvieron un verdadero triunfo.
El primero cantó con el gusto y maestría que acostumbra la parte de "Carlos" dándole sumo relieve, y Navarrito, con el gracejo que le es peculiar, hizo las delicias del público dando vida al cómico personaje.
Los Sres. Martínez, Apolinar, Aroca, González y demás compañeros coadyuvaron al buen conjunto de la zarzuela, concertada hábilmente por el profesor Enrique Cases.
El Porvenir, 15-I-1917






En esta foto de los años 70 se puede ver el escenario del pequeño teatro del Patronato del Sagrado Corazón de Jesús. Ahí aparezco en el coro el cuarto por la izquierda. En esa época, la enseñanza musical en el colegio estaba a cargo de don Antonio Lauret, director del Conservatorio. Al piano dirigía el coro y el grupo de cuerda en las funciones del centro. En la pequeña capilla acompañaba con el armonio.
Recuerdo que las clases de música se reducían a aprender las notas, un poco de historia de la música, algún instrumento de cuerda rasgada o pulsada y participar en el coro que solía cantar en las misas de la capilla. En suma, una enseñanza eminentemente de carácter práctico. Antes de que dieran las doce, hasta las doce y media aproximadamente, llegaba don Antonio con su maletín y explicaba unos cuantos conceptos musicales a los primeros cursos. En los más avanzados ya se participaba en la rondalla o el coro hasta que la voz empezaba a cambiar.
A menudo venía acompañado de sus nietos Antonio y Gabriel, lo que nos hacía sentir más próximos a la música. 

Fiestas de San Antón

El 17 de enero de 1917, las fiestas comenzaron con la obligada función religiosa en la parroquia de este castizo barrio cartagenero. A las 10 de la mañana don Juan Gallego Alcaraz pronunció las oraciones seguido de las tradicionales bendiciones "de caballerías". La romería por la alameda que lleva el nombre del barrio estaba amenizada desde el atrio de la iglesia por una banda de música "con escogidas piezas". El director de esta banda no era otro que Francisco Preciado Herrera, quien dirigió la Banda Municipal de Cartagena de 1916 a 1922. Actuaban en la ciudad y barrios en las fiestas populares de pueblos de la comarca: La Aljorra, Pozo-Estrecho, Canteras, La Palma… Hijo de Francisco Preciado Hernández, oboísta granadino establecido en Cartagena en 1880. El abuelo, José Preciado Aguirre era de San Sebastián y fue músico militar en la campaña carlista, Oviedo, Santiago, África y Granada, como requinto.

 Alameda

  

Plaza de Toros 

Durante la celebración religiosa intervino un coro femenino entre las que figuraban Conchita Ortega, Mercedes Saura, María Caro, Magdalena Bueno y Encarnita Caro, acompañadas de don Gabriel Pagán,  la Misa de Cosme de Benito. La orquesta fue dirigida por el profesor don Fernando Vázquez. A partir de 1908 don Fernando se encargaba de la dirección musical del Teatro Monroy de Los Dolores. En los años veinte tocaba en el Café España con el violinista Sixto Monteagudo Caparrós, el cellista José González Giménez y el contrabajista Antonio Torromé Gil. Probablemente los miembros de esa orquesta. También fue don Fernando Vázquez profesor en el Patronato y el Conservatorio. 

 Banda Musical de Cartagena, plaza de toros, años 20.

 

Recitales Rubinstein

El empresario que llevaba el Teatro Circo consiguió traer al insigne pianista polaco Arthur Rubinstein, que actuó en Cartagena por primera vez los días  6 y 7 de marzo de 1917. La segunda noche el concierto tuvo el siguiente programa: Sonata Appassionatta de Beethoven, Málaga y El Albaicín de la Suite Iberia de Albéniz, Estudio, Vals y Scherzo de Chopin, dos Preludios de Rachmaninoff, L'île joyeuse de Debussy, Nocturno y Vals Mephisto de Liszt. Ahora, veamos una entrevista que publicó El Imparcial de Madrid:
 
Entrevista Hablando con Rubinstein: El arte de ser pianista
Rubinstein tiene de cerca, un rostro infantil, con esa misteriosa blancura translúcida de las razas del Norte, en el que brillan vivamente los ojos pequeños y dorados bajo las cejas pálidas.
Sonríe cuando le digo mi propósito de entrevistarle, y me dice en español correcto:
-        Más tarde, si usted quiere…en una hora más tranquila, ahora estoy nervioso, realmente enfermo…
-        Entonces, ¿al segundo intermedio?
-        Al segundo intermedio.
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Cuando vuelvo a verle, pasada la mayor parte del maravilloso concierto, en que las páginas de Chopin han llevado la emoción por la sala al desgranar sus sollozantes melodías como en un vuelo tembloroso, Rubinstein habla en polaco con un grupo de compatriotas; en francés con Arbós; en alemán con Manrique de Lara, y en español con Vives, mientras prepara un vaso de café puro y espeso.
Cuando el saloncito se despeja, Rubinstein se prepara a contestar mis preguntas:
Mi vida es muy agitada – me dice – muy variada… Desde los tres o cuatro años que comencé a estudiar música bajo la dirección de Joachim, en Berlín, hasta ahora que tengo veintiocho me han ocurrido cosas muy interesantes.
-        ¿Empezó usted entonces muy pronto su vida de concertista?
-        Oh, no… No me dejaba mi maestro… Di mi primer concierto en Berlín a los once años; pero como solista, con acompañamiento de orquesta.
-        ¿Solo fue usted discípulo de Joachim?
-        No… Max Bruch fue mi maestro de composición, y durante un año en Alemania me dio lección un español, un mallorquín…
-        ¿Cómo se llamaba?
-        El pianista escribe sobre una cuartilla: Capllonch.
-        Su consejo me sirvió de mucho – añade – fue para mí una gran ayuda; hasta los quince años estuve en Alemania, siempre con el intenso deseo de volver a mi Polonia, cuyo recuerdo me llamaba de un modo…
-        ¿Es usted polaco?
-        De Varsovia – me dice un poco entristecido. Allí, en los Cárpatos, en la Galitria – y con una sonrisa – ahora ha vulgarizado la guerra esos nombres polacos; trabajé solo, solo, durante mucho tiempo, hasta que Astruc, el célebre director de los Campos Elíseos, que llevó a Francia los bailes rusos y la óperas modernas <<Electra>>, <<Salomé>> - me contrató por cinco años y con este contrato fui a América y luego a Rusia, donde obtuve los mayores éxitos; a Londres, a Viena, a Roma, a Budapest… en fin por toda Europa. Podía contarle mil cosas interesantes… pero no hay tiempo… cosas de la revolución en Rusia, que me sorprendió allí… cosas de la guerra…
-        Eso es fácil; escríbalas – le digo – sería interesantísimo.
El pianista lanza una carcajada y palmotea infantilmente.
-        ¡Que yo escriba!... En todo un año no hubo manera de hacerme escribir más que dos cartas, y esto obligándome revolver en mano.
-        Entonces… - le digo señalándole la cuartilla donde ha escrito el nombre de su maestro español, y que desde esa confesión guardaré como un objeto precioso.
-        ¡Ah, sí! De vez en cuando escribo palabras sueltas para que no se me olvide.
Vives se le acerca y le dice confidencialmente:
-        Tendrá usted que contestar a una carta que le va a enviar una abonada…
-        Una carta, ¿cómo?
-        Está enamorada de usted.
Rubinstein abre mucho los ojos y pregunta:
-        ¿Guapa? Entonces – me dice – diga usted mañana que soy rubio y tengo el pelo muy rizado.
-        ¿Para hacer propaganda?
-        Oh, me gustan mucho las mujeres de España… esto dígalo también… Vamos a nuestra conversación… después de esta <<tournée>> de cinco años, diversas causas me retuvieron en Polonia, entre ellas el morir mi cuñado en la guerra rusojaponesa. Después empecé otra vez mi carrera por Europa. En Londres me quedé a vivir y allí he tocado muchas veces con Casals, Thibaud e Ysaye, que son grandes amigos mios… mis mejores amigos. La guerra europea me sorprendió en Londres, y entonces me trasladé a París para alistarme, pero no me quisieron.
-        ¿No?
-        No, no quisieron nada conmigo, por lo que me volví a Londres, donde me dediqué a dar conciertos benéficos.
-        ¿Y a España?
-        Fue Arbós quien me hizo venir a San Sebastián para tocar un concierto de Brahms, en sustitución de Dumesnil. Hasta el día siguiente de ese concierto – lo digo con gran orgullo – nadie sabía quién era yo aquí.
-        Pues ahora…
-        ¡Oh! Ahora estoy muy satisfecho, muy satisfecho. España me ha revelado aquel espíritu de poesía profunda que a mí me había sido tan sugestivo, tan cautivante, a través de la música de Albéniz.
-        ¿Le gusta a usted?
-        Me encanta; creo que es un compositor enorme, desde luego el más grande que ustedes tienen. Yo toco íntegra la <<Suite Iberia>>, que es un portento y más, muchas más obras de su música de piano.
-        Tiene usted un repertorio muy vasto.
-        Mucho. Yo tengo una forma de retentiva muy grande; por esto me cuesta muy poco trabajo aprender nuevas obras. Solo con verlas se me quedan en la memoria, como si tuviera delante las partituras…
-        A eso se llega por medio de una gimnasia tenaz…
-        ¡Ah! no, es herencia. A mi padre le ocurre lo mismo.
-        ¿Qué método de estudio sigue usted?
-        Ninguno. Estudio sin método, no tengo hora fija ni estudio todos los días… ¡Ah! Ni mucho menos, cuando una obra me entusiasma le dedico todo el día, toda la noche, la trabajo horas y horas… No, no, la técnica no es el todo, como creen… Es un medio, solo un medio limitado de llegar a un resultado artístico; es un detalle. Yo lo fio todo al entusiasmo, a la inspiración momentánea…
-        Entonces usted en sus viajes no emplea los pianos sordos que utilizaban Saüer y otros, o cualquier otro medio de mecanismo constante…
-        Mecanismo constante… no; ¿para qué?
En este instante suena el timbre en los pasillos avisando el comienzo el comienzo de la última parte, y Rubinstein me pregunta.
-        ¿Sabe usted todo lo que quería?
-        Sí, o, por lo menos, lo bastante.
-        Entonces…
-        ¿No resguarda usted sus manos del peligro?
-        Sí, sí, - me dice riendo – si me amenaza un golpe, antes pongo la cabeza que las manos.
Matilde Muñoz, de El Imparcial 


 

En El Porvenir del 8 de marzo de 1917 se da cuenta de cómo transcurrieron los recitales de Rubinstein: irreprochable ejecución, impecable mecanismo y soberano arte son los aspectos que se destacan según los valores que se tenían en cuenta en la época. Además, nos informa de las propinas que ofreció, la Berceuse de Chopin y una Marcha Militar de Schubert. La anécdota fue que el piano era cedido para la ocasión, un Pleyel propiedad de don Ignacio Aznar, que desde ese momento se consideró una reliquia al haber sido utilizado por las manos del maestro. 
En esta foto, aspecto del joven Arthur Rubinstein cuando tocó en 1917. 



 Antiguo Teatro Circo

Teatro Circo: Bailes y Cantos Regionales por abril de 1917

Un espectáculo español: cuadros artísticos regionales

En la foto, el cuadro de Aragón, cuya rondalla dirigía el célebre maestro zaragozano Calavia (también en la foto, aunque no identificado, es alguno de los que estan en primer plano, quizás al lado de la mujer con un instrumento). Esta rondalla estaba compuesta por tres bandurrias, un laúd y tres guitarras. "El público, dando muestra de su depurado buen gusto, le aplaudió con entusiasmo indescriptible, obligándola a interpretar varias composiciones musicales."
El articulista de La Tierra describe así a los componentes de este cuadro regional que actuó en Cartagena durante los días 19 al 23 de abril de 1917: "Los cantadores de jotas son verdaderas notabilidades en su género, así como las dos parejas de baile, cuyo trabajo magistral, maravilloso, fue premiado con inmensas ovaciones, siendo las señoras las que con más entusiasmo aplaudían a los simpáticos representantes de la región aragonesa, en donde se hallan vinculadas las más apreciadas virtudes de la raza."
 
Además del cuadro de Aragón, causaron sensación los cuadros de Asturias y de Valencia. Respecto al cuadro asturiano destaca la región como "la más poética de España", y la intervención de los cantadores, "que nos dieron a conocer los dulces aires de su región, de los que las pravianas gustaron de un modo extraordinario."
El cuadro valenciano fue el que más gustó, cuyo director era "el popularísimo ché  Enrique Vicent."
Estos grupos actuaron también en una función en la Plaza de Toros el 22 de abril de ese año, sobre un tablao dispuesto para el espectáculo, siendo la entrada general a 40 céntimos y el palco a siete pesetas. El último día, el 23, se hizo rebaja de los precios en el Teatro Circo, a 35 céntimos la entrada general. 

"El cuadro asturiano, que aquí no se conocía, es muy notable, y de ellos, el Gaitero, de Carrera, es, verdaderamente una celebridad."
Asturias: "las típicas danzas fueron bailadas por dos admirables parejas al compás de la gaita y el tamboril."
El cuadro valenciano: "Está compuesto este cuadro, por cuatro parejas de baile, dos parejas de niños que bailan magistralmente, tres músicos de aire, dos de cuerda, un dulzainero, un tamborilero y los afamados cantadores de albaes Mugero y Torneret."

Marzo de 1917, zarzuela y opereta: homenaje a María Rodrigo


En la imagen, Orquesta del Real Conservatorio de Madrid dirigida por la señorita María Rodrigo Bellido, aventajada alumna ya graduada que sustituyó a su titular don Tomás Bretón en ocasiones como ésta en el Ateneo de Madrid. Era apreciada discípula suya y continuó su línea tanto como música y compositora. Estudió en Alemania, y tras varias ocupaciones como pianista, colaboró con los Quintero y Martínez Sierra en producciones teatrales como la que se representó en Cartagena el 23 de marzo de 1917 con su <<Diana Cazadora>>. Diana la cazadora o Pena de muerte al amor es un sainete musical de los Hermanos Álvarez Quintero, con música de María Rodrigo, estrenada en 1915. María llegó a ser profesora del Real Conservatorio hasta 1933, cuando debe partir para el exilio por diferentes países europeos y de América hasta que recala en Puerto Rico donde había llegado con su hermana la psicóloga Mercedes Rodrigo Bellido y donde también habían llegado el poeta Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, grandes amigos suyos, y entre otros artistas el gran Pau Casals, con quien fundó el Conservatorio de San Juan de Puerto Rico, donde fue profesora. Murió en el exilio en 1967.




Teatro Circo de Cartagena

Debut de Compañía
 
La de zarzuela y opereta que dirige el veterano actor Pablo López debutó ayer en este teatro obteniendo un buen éxito. En conjunto nos agradó la compañía, que presentó e hizo bien la hermosa obra de Vives "Maruxa" en la que obtuvo un señalado triunfo la señorita Antonini que une a la belleza un arte exquisito y precioso. Fue muy aplaudida así como la Srta. Bagües que también desempeñó airosamente su cometido. Los señores Nevares, Bordás y Baccás bien en sus papeles. "Diana Cazadora" de los Hermanos Quintero, música de la Srta. Rodrigo no nos dio ni frio ni calor, pero si un poquito de sueño tanto el libreto como la partitura. En la ejecución obtuvo un éxito Pablo López Soriano y con él compartieron los aplausos la Sra. Soriano y Sres. Bagües y Guzmán. Esta noche la linda opereta "Sybill" y debut de la tiple cómica Sra. Téller. Es digna de ser oída y vista la Compañía que actúa en el Teatro Circo.
 
El Eco de Cartagena, 23/03/1917
 
 
 
El tenor cómico Pablo López, actor y empresario murciano, debutó en Cartagena en 1879 y fue considerado en 1895 por la crítica como el mejor tenor y actor cómico español. Fundó su propia compañía en 1888, con alcance nacional, llegando a actuar en México. Figuras más representativas del elenco que tantos años trabajó en su compañía: Josefina Soriano (su esposa), Consuelo Baeza, Concha Fernández, Consuelo Contreras, Francisca Fernani, Casto Gasto, Trino Llorens o el director de orquesta Juan García Catalá, entre otros muchos. 

Disponible en :
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,371,m,1072&r=ReP-12769-DETALLE_REPORTAJESPADRE
 
"Maruxa" se estrena en Madrid en el Teatro de la Zarzuela en 1914 como zarzuela, y en el Teatro Real en 1915 como ópera en dos actos. El día de su primer estreno Amadeo Vives salió a hombros del teatro. La última grabación en 1974 se debe a Caballé y Sardinero como protagonistas, con la Orquesta Sinfónica de Barcelona dirigidos por Enrique García Asensio para el sello Alhambra.
 
En cambio, "Diana Cazadora o Pena de muerte y amor", de la compositora María Rodrigo nacida el 20 de marzo de 1888 en Madrid, que también se estrenó en 1915 pero en el Teatro Apolo es un sainete musical con libreto de los Hermanos Álvarez Quintero. La Vanguardia se refiere a la música del estreno madrileño del 19 de noviembre de 1915 como “poca y sin relieve”, aunque asegura que “está dando mucho dinero en Apolo”, y señala que la obra “tiene mucha gracia”. Nada comparado con el éxito musical de la obra de Vives.
 
"Sybill", una opereta de moda del húngaro Victor Jacobi, se estrenó en 1914 en Budapest, se adaptó al castellano por Emilio G. del Castillo y Pablo Luna, y se estrenó en el Teatro de la Zarzuela en 1915.
 
Hay que añadir que María Rodrigo saldría de España en 1936 además de en compañía de su hermana, de un amigo de ambas residente en Madrid y natural de Cartagena.

jueves, 6 de abril de 2017

La primera Academia de Música "oficial" en Cartagena



 EL ATENEO DE CARTAGENA


Las primeras sociedades y casinos de Cartagena tuvieron un carácter cultural como el Ateneo. El Ateneo tuvo su origen en una sociedad denominada "La Amistad" cuya sede primitiva fue un edificio de la calle Honda esquina con la de Balcones Azules: el 16 de febrero de 1855 se estableció en la plaza de San Sebastián como Ateneo. El edificio fue remodelado y decorado interiormente en 1884, siendo entonces su presidente el General Justo Aznar,  a la vez presidente del Casino, Ateneo y Círculo Industrial en 1888. Eran lugares de convivencia entre los altos estamentos civil y militar y órganos aglutinadores del sentimiento localista y de un pretencioso protagonismo que rayaba en lo oficial y político.





El nuevo edificio del Ateneo fue remodelado en varias ocasiones pero su exterior apenas fue alterado. La fachada no tenía nada de particular respecto a la arquitectura colindante, era una construcción de dos plantas con ventanas y balcones y cubierta plana con terraza. Lo más interesante era su interior, con decoraciones más o menos modernistas en algunas salas. Tenía un patio claraboya con galería en el piso superior. En los muros del patio había pinturas, de diversos asuntos, entre ellos las cuatro estaciones en figuras de jóvenes muchachas ambientadas en paisajes de la estación en concreto. Las pinturas, por lo que se puede comprobar de los fragmentos de fotos, eran algo modernistas. La primavera estaba tratada de una manera más caligráfica, las flores y telas muy contorneadas. Las pinturas eran obra de Wssel de Guimbarda y fueron restauradas por Sánchez Rosique en 1918.









El salón de baile era una habitación rectangular con dos arcos rebajados con columnas en los extremos, ya que la planta era muy alargada y necesitaba refuerzos. Posiblemente este salón es fruto de una reforma que unificó varias habitaciones. La estancia, que a pesar de todo, no era de muy grandes proporciones, tenía casi todos sus frentes recubiertos de espejos con enmarcaciones rococó modernista que agrandaban el lugar y creaban un espacio adecuado al ámbito de fiesta, este barroquismo se prolongaba por las escayolas y lámparas. El techo estaba decorado con pinturas de M. Arroyo. La composición pictórica dejaba grandes espacios vacíos, en el centro había como dos figuras femeninas envueltas en vaporosas telas flotantes y en un extremo varios angelillos. A la vista de las fotos conservadas es imposible identificar algo más de estas pinturas muy probablemente relacionadas con la danza o algún tema festivo ya que según Jorge Aragoneses portaban instrumentos musicales.



Estos extractos y fotografías sobre el edificio del Ateneo pertenecen a la publicación de F. Javier Pérez Rojas Cartagena 1874-1936 (Transformación urbana y arquitectura), editada por la Editora Regional de Murcia con la participación de la Universidad de Murcia y el Excmo. Ayuntamiento de Cartagena, de 1986.

Este fue el lugar donde en 1915, según Juan Bautista Aguilar Gómez, se fundó la primera academia de música que hubo en Cartagena por su hermano Francisco Aguilar Gómez.




FRANCISCO AGUILAR GÓMEZ

Nació Francisco Aguilar Gómez en Catral (Alicante) en 1891. Hizo sus primeros estudios musicales con los maestros locales don José Miralles, Director de la Banda de Música “La Constancia”, y con don Francisco Costa Morante, organista de la Parroquia, ampliando luego sus estudios de Piano en Valencia con el eminente Profesor don José Bellver y el de Armonía con don Amancio Amorós, de aquel Conservatorio, donde terminó la carrera de dicho instrumento, y la de Composición, que después revalidó también en el Real Conservatorio de Madrid.
Francisco Aguilar al piano con su hermano Juan de Dios
Dedicado por entero a la enseñanza musical, fundó en Cartagena, en 1915, una Academia Oficial de Música, incorporada al Conservatorio de Valencia. Luego, al constituirse el Conservatorio de Murcia [1918], traspasó al mismo su Academia, y más tarde, al fundarse en 1925 el Conservatorio de Música de Cartagena, pasó a formar parte de su plantilla de profesores, como Profesor de Armonía y más tarde Director, cargo que ha desempeñado hasta su jubilación [1969].

Ha compuesto música de distintos géneros, tanto religiosa como profana, habiendo sido premiado en varios concursos y actuando innumerables veces como Jurado en concursos y certámenes en toda la comarca.

Es también un notable pianista, habiendo tenido muchas y lucidas actuaciones y contando por centenares los alumnos que han recibido de él la enseñanza del piano y la Composición en Cartagena y en toda la comarca.
AGUILAR GOMEZ, Juan de Dios. Francisco Aguilar Gomez. En: Historia de la Musica en la Provincia de Alicante. Segunda edición. Alicante: Gráficas DIAZ, S.L., 1983, pág. 368 – 370, ISBN: 84-00-05602-7

Disponible en: http://blogs.ua.es/juandediosaguilar/2013/01/25/francisco-aguilar-gomez/



PRIMERAS NOTICIAS EN LA PRENSA

Las primeras noticias que tenemos sobre esta Academia de Música en la prensa local se remontan al mes de abril de 1917. El 28 de ese mes se anuncian exámenes de Piano, Solfeo y Canto para el siguiente mes de junio en la Academia Oficial de Música que sostiene el Ateneo Mercantil e Industrial, dirigida por el inteligente (sic.) profesor don Francisco Aguilar Gómez. Anuncian que al efecto vendrán profesores del claustro del Conservatorio de Valencia a realizar las pruebas, ya que dicha Academia está incorporada a ese centro. Y amplia la información dirigida a alumnos de ambos sexos de esta u otra academia que quieran dar validez oficial a sus estudios, que pueden matricularse en la Secretaría del Ateneo a lo largo del mes de mayo.

Así, el día 25 de junio de ese año se da noticia en El Eco de Cartagena de la llegada en el tren procedente de Valencia, de los profesores don Ramón Martínez y don Antonio Fornet, Director y Secretario respectivamente del Conservatorio de Música de la ciudad del Turia, informando como objeto del viaje la asistencia como parte del Tribunal que había de verificar los exámenes oficiales de las especialidades reseñadas más arriba. Además, completaron el Tribunal don Manuel Massoti y el mismo Director de la Academia don Francisco Aguilar.

El resultado de las pruebas se publicó al día siguiente en ese mismo diario y en El Porvenir. Los profesores volvieron a su ciudad de procedencia, y con este motivo se elogiaba al "joven incansable, que pone todas sus energías y conocimientos al servicio del engrandecimiento del divino arte; mereciendo de dichos señores que con él formaron el Tribunal de examen los plácemes más cordiales y sinceros". A continuación, se relacionaban los resultados obtenidos por los alumnos de la Academia cartagenera:

Señoritas Manolita Mellado, Pepita Linares y Caridad Bonet con Sobresaliente para 1º y 2º de Solfeo y 1º de Piano. La misma calificación para Solfeo y Notable para 1º de Piano para la señorita Paquita Berruezo y don José Lorente; Sobresaliente para 1º y 2º de Solfeo y Notable para 3º, además de Sobresaliente para 1º de Piano a la señorita Orita Pina; Sobresaliente para la señorita Ramona Fernández en tres cursos de Solfeo y cuatro de Piano, y Notable en Nociones de Armonía; para Salomé Tortosa, ídem en tres cursos de Solfeo y cinco de Piano, y notable en Nociones de Armonía y Formas Musicales; la señorita Carmencita García Sobresaliente en los tres cursos de Solfeo y cuatro de Piano, el quinto Notable, ídem en Nociones de Armonía y Formas Musicales; la señorita María Fernández (futura profesora de nuestro conservatorio) fue la única que se enfrentó a los tres cursos superiores y por tanto terminación de carrera de Piano con Sobresaliente en los cursos 6º, 7º y 8º del instrumento, así como Sobresaliente y Notable respectivamente en los dos cursos de Estética e Historia de la Música.

El artículo concluye: "Tanto por el número de alumnos como por las calificaciones obtenidas en el primer añomerecen mil felicitaciones la Directiva de este Centro, y muy especialmente el Director de la Academia señor Aguilar." Este dato nos obliga a resolver que la citada Academia no tuvo actividad efectiva oficial por lo menos hasta este o 1917, año que comienza a aparecer en la prensa para dar cuenta de sus logros y anuncios de matrícula y exámenes hasta que su profesorado pasa a ser parte de la Academia Municipal de la ciudad de Cartagena que se funda en 1925. Precisamente fue en 1917 cuando el Conservatorio de Valencia pasa a depender del Estado español después de haber sido sostenido por el Ayuntamiento y la Diputación Provincial, gestión que llevó a cabo don Ramón Martínez Carrasco, su Director en ese momento. Esto induce a que pensemos que fue justo entonces cuando la Academia creada en el Ateneo en 1915 según Juan Bautista Aguilar se incorporó al Conservatorio de Valencia, pasando entonces a ser noticiable en los diarios locales de Cartagena por el carácter oficial de los estudios musicales que allí se daban. 

En otra columna del diario se destacaba a la alumna del profesor Aguilar la Srta. Carmen García y Sala, hija del capitán de Artillería D. Pascual García Gómez, por la máxima calificación de sobresaliente en los cinco primeros cursos de piano y tres de solfeo; y el El Eco de Cartagena se destacó a la Srta. Ramona Fernández también por sus altas calificaciones en cuatro cursos de piano, tres de solfeo y uno de armonía, reseñando que era alumna aventajada del fallecido Antonio Lizón (o Lisson), habiendo sido preparada de manera desinteresada tras este triste suceso por la Srta. Angelita Martínez Albaladejo, siendo ambas felicitadas públicamente.

Datos sobre estos primeros años del Conservatorio de Valencia, cuando la academia cartagenera dependía de aquel, en la tesis doctoral de Ana Fontestad Piles de 2006.

Extracto disponible en:             
http://revistadigital.csmvalencia.es/wp-content/uploads/2014/04/b-artc3adculo-hc2aa-del-conservatorio.pdf 



ACTIVIDAD ACADÉMICA

En agosto de 1917, aparecía la noticia de la reanudación de las clases particulares en la Academia de Música, en las asignaturas de Solfeo, Piano, Vocalización y Canto, estando a cargo, como en el curso anterior, las dos primeras asignaturas del profesor y Director de dicha Academia, don Francisco Aguilar Gómez, y las restantes del muy competente (sic.) profesor don Manuel Maestre de San Juan. Como dato relevante y curioso, se aclaraba que estas clases se alternarían con otras a domicilio que se impartirían los martes, jueves y sábados de 9 a 1 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde.

El 13 de octubre, con motivo de la apertura del curso 1917-18, celebró la primera audición (sic.) de sus alumnos. En La Tierra se detalla el programa:

Primera Parte

Gran Vals Brillante para piano, op. 18, de Chopin; por la señorita Laura Egea, alumna de 5º curso.
Camelias y Nardos, Tiempo de Rigodón, para piano, de J.M. González; por la señorita de curso 1º Caridad Bonet.
La Africana, Pequeña fantasía, para piano, de Meyerbeer; por la alumna Paquita Berruezo de primer curso.
Tannhauser, Fantasía para piano (O. Silka), de Wagner; por la señorita Luisa Lafuente, de primero.
Sevillanas, de la Suite Española, para piano, de Albéniz. por la alumna de quinto curso, señorita Salomé Tortosa.
En el Sarao, Gavota para piano, de P. Beneito; por la señorita Carmen García, alumna de quinto curso.
Primer Tiempo de la Sonata, op. 7, para piano, de Beethoven; y El Viejo Castillo Moro, (Cuentos y fantasías) de E.L. Chávarri; por la alumna de Concurso, señorita María Fernández (futura profesora de nuestro conservatorio).
Las Musas Latinas, (Canción de los pajaritos), de Penella; por la alumna de primer curso de Canto, señorita Caridad Arnau.

Segunda parte

En los altos de Tafalla (Jota Navarra), para piano, de Romero; por la alumna señorita Carmen García.
El Carnaval de Venecia, para piano, de Paganini; por la alumna de primer curso, señorita Manolita Mellado.
Tosca, Fantasía para piano, de Puccini; por la alumna de primer curso, señorita Pepita Linares.
Madame Butterfly, Selección para piano, (M. Chiesa), de íd.; por la alumna de primer curso, señorita Angelina Abril (futura profesora de nuestro conservatorio).
Two Step, para piano, de J. Long; por el alumno de primer curso, don José Lorente.
Polonesa, op. 71, núm. 2, para piano, de Chopin; por la alumna señorita Laura Egea.
¿Qué has hecho de mis pobres violetas? Romanza de tiple, de J. Benlloch; por la alumna señorita Caridad Arnau.
Rondó [ilegible]; por la señorita Salomé Tortosa.
Goyescas (El Fandango del candil). Primera parte de Los majos enamorados, de Granados, y Danza de enanos, de Grieg; por la señorita María Fernández.

Y se especificaba al final que los alumnos de Piano eran de don Francisco Aguilar y los de Canto del profesor Maestre de San Juan.  Datos estos también significativos de que este profesor de Canto se había incorporado a la Academia ese primer año, ya que en abril se convocaban exámenes de esa especialidad, aunque ningún alumno se presentase en junio de ese año, pero en agosto se reanudaban esas clases de Canto. En la reseña de prensa del día 15 se señalaba la amplia concurrencia de público que asistió a este acto académico, así como los calurosos aplausos, con mención especial a la alumna Caridad Arnau y a la alumna particular de piano de la profesora doña Angelita Martínez Albaladejo, la señorita Ramona Fernández, que parece ser que actuó dentro del programa oficial, quien fue objeto de una gran ovación y también su profesora.